Parece que invertir parte de un presupuesto de publicidad en internet ya no es para nadie una noticia extravagante, al menos eso parece. Todavía suena en mi mente la voz de unos clientes cuando nos dijeron: “no queremos vender por Internet porque rebaja la categoría de nuestra marca, no va con nosotros porque somos para personas con estilo”. Esos años han pasado y ya no solo acudimos a tiendas en línea sino que buscamos información de cualquier tema o necesidad en la red: servicio, empresas, empleos, productos.